jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Cómo funciona una pantalla táctil?

¿Sabéis cómo funciona la pantalla táctil de un teléfono o de una tablet? ¿Cómo sabe el teléfono dónde he puesto el dedo? ¿Por qué puedo controlar los mandos de un juego con sólo deslizar mi dedo? Una acción que realizamos casi sin pensar tiene detrás un fundamento científico muy interesante, aplicación directa al día a día de los estudios sobe los materiales. ¿Quieres saber cómo? Vamos a explicarlo.


Hay diferentes tecnologías aplicadas a la construcción de las pantallas táctiles pero, en esta ocasión, vamos a hablar de una de ellas, quizás la más extendida por ser la más económica.

Imaginad un trozo de cristal normal que cubrimos con una capa de material conductor de la electricidad y, sobre ella, disponemos otra capa, en esta ocasión, una lámina de material metálico resistente al paso de la corriente eléctrica. Ambas capas están separadas por unos espaciadores, para que no estén en contacto. Es decir, como si fuera un sandwich de queso. Hasta ahora, estaría todo preparado para que nuestro teléfono inteligente no hiciera nada en absoluto.

Pero, ahora es cuando viene la "magia" de la ciencia. ¿Qué pasa si quiero desbloquear el móvil o enviar un mensaje por Whatsapp? Es entonces cuando deslizamos o presionamos ligeramente con nuestro dedo el icono correspondiente que nos aparece en la pantalla para poder acceder a esa aplicación. ¡Y el aparato hace lo que yo quiero! De repente, ya puedo acceder a donde quería. Esto sucede por un motivo muy simple. Acordaos que las dos capas que dijimos antes estaban separadas, pero resulta que, al presionar con los dedos, estas capas entran en contacto justo en ese punto y generan una señal eléctrica (mejor dicho, una falta de señal eléctrica al contactar el material resistente con el conductor) que es interpretada por el núcleo central que gobierna y controla nuestro dispositivo digital. ¿A que es sorprendente?

La corriente eléctrica se transmite gracias al desplazamiento de cargas negativas a través de un material que sea capaz de soportarlo (normalmente, metales conductores). Pensad como ejemplo las pilas que hacen encenderse una bombilla en una linterna, por ejemplo, cuando contactan con las láminas de los extremos. Si en algún punto del camino interrumpimos este paso de cargas negativas, la corriente deja de pasar por ahí. Para este caso, pensando en un interruptor de la luz de los que hay en casa. Cuando apagamos la luz, le damos al botón y en ese instante interrumpimos el paso de corriente hacia la bombilla. Fácil, ¿no?

Una vez más, hemos podido comprobar cómo un fenómeno físico como es la transmisión de la corriente eléctrica a muy bajos niveles es la clave para que una pantalla táctil nos haga caso y podamos escribir mensajes o jugar con nuestro teléfono o tablet. En cuanto al tratamiento de la información, eso es cosa de la unidad central del dispositivo, que es quién tiene el sistema operativo por el que todas las señales generadas se transforman a "lenguaje informático" para que el resultado sea que tu pantalla se convierta en el espectáculo útil y de diversión que todos queremos.

Espero que os haya gustado. Hay otras formas de funcionamiento de las pantallas táctiles, pero lo dejaremos para otra ocasión. De momento, creo que ha estado bien el acercamiento al mundo de la electricidad aplicada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario