En uno de los talleres de Pequeños Alquimistas pudimos comprobar como una hoja de papel podía soportar el peso de un objeto sin doblarse. Y también como unos cilindros de papel-cartón (como los del interior de los rollos higiénicos) pueden soportar tu peso.
¿Cuál es el secreto? Una buena relación entre superficie de contacto y disposición en el espacio. Y si no que se lo digan a unos alumnos de la Universidad Miguel Hernández que, hace unos días, consiguieron soportar más de 1000 Kg (¡¡una tonelada!!) sobre 3000 palillos de helado. Increíble, ¿verdad?
Para presentarse en un concurso de maquetas, realizaron un puente sólo con palillos (de esos que quedan cuando te comes el helado), y usaron un total de 3000 de tal forma que consiguieron soportar el peso que le pusieron encima. Como veis, pequecientíficos, es ciencia aplicada a la ingeniería.
(EFE)