Hace unas semanas, os explicamos en qué consistía una
torre solar y cómo funcionaba. Una gran alternativa para generación de energía eléctrica utilizando energía solar. Como en nuestro ánimo está seguir concienciando a nuestros Pequeños Alquimistas en los beneficios de las energías renovables, vamos a continuar en esta ocasión explicando otro tipo de energía sacada directamente de la Tierra.
Para ello, utilizaremos como ejemplo el caso de unos familiares que han instalado en su casa calefacción empleando energía geotérmica y que además les sirve para climatizar el agua de la piscina. ¿Y qué es eso? Pues no es ni más ni menos que la energía que se produce en el interior de la Tierra.
Nuestro planeta está constituido por diferentes capas, como son el núcleo, el manto y la corteza, siendo la primera la que mayor temperatura posee (¡por encima de 6000ºC!). Este calor aún sigue siendo el resultado del proceso de formación del planeta, por el choque entre las partículas iniciales, y las reacciones de desintegración radiactiva por las que se va generando una energía tal que, al ser liberada, hace que mantenga esta elevada temperatura y vaya calentando las capas que se encuentran más cerca. De esta forma, a medida que nos alejemos del núcleo, la temperatura irá disminuyendo hasta el punto que en la superficie terrestre no notamos más que la propia temperatura del ambiente.
La corteza terrestre, situada sobre el manto, está compuesta también de varias capas y van empujándose unas a otras, llegando incluso a ponerse alguna debajo de otra. Esto hace que se generen corrientes de rocas fundidas provocadas por la alta temperatura alcanzada que, en algunos casos, salen al exterior en forma de volcanes. Pero también pueden no salir al exterior y ser un auténtico acumulador de calor bajo la corteza terrestre. Entonces, ¿qué sucedería si hubiera una acumulación de agua que pasara por allí cerca?
Hay zonas en las que, por sus características geológicas, se acumula más calor que en otras. Este puede ser el caso de yacimientos de agua caliente natural (termas). Todo el calor transmitido a través del manto, gracias al magma fundido, se transfiere a estas corrientes de agua subterránea calentándola y convirtiéndola en una fuente de transporte de energía calorífica muy interesante.
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(Imagen: ist-asturias.com) |
Cuando somos capaces de conducir estas corrientes de agua caliente hacia donde nosotros queremos, podemos conseguir un medio de calefacción muy eficaz (y si no, mirad como en determinados países nórdicos han podido ser capaces de reconducir este agua como sistema de calefacción en sus viviendas).
Al final, ¿en qué ha consistido todo? A modo de resumen, las partes internas de la Tierra están suficientemente calientes como para calentar las corrientes de agua subterránea que existen bajo nuestros pies. Si damos con un yacimiento de agua caliente, tenemos la oportunidad magnífica para utilizar un medio natural de calefacción para los hogares o piscinas (como el caso que os comentaba antes). Con la tecnología actual, es fácil regular la temperatura que queremos tener y, así, utilizamos una manera limpia de consumir energía sin necesidad de utilizar combustibles fósiles.
Lógicamente, esta situación sólo se podrá dar en aquellas localizaciones donde podamos disponer de estas condiciones. Por ello, en otros sitios, podremos recurrir al empleo de otros tipos de energías alternativas, que iremos desarrollando en posteriores artículos.