Rayos cósmicos de alta energía llegando a nuestro planeta, partículas subatómicas que "llueven" sobre nosotros procedentes del espacio. ¿Qué es esto? En la prestigiosa revista científica Science aparece un reciente artículo en el que se habla de que estos pequeñísimos amigos tan energéticos provienen de más allá de nuestra propia galaxia.
Hagamos un pequeño paréntesis. Como sabemos, Pequeños Alquimistas, el Universo está más hueco de lo que creemos. A pesar de que hay materia en él, la que vemos está concentrada en puntos determinados, como los planetas, estrellas, asteroides... cuerpos celestes en general. ¿Y el resto del espacio que hay entre ellos? Está más vacío de lo que pensamos: mayoritariamente, átomos de hidrógeno, los más ligeros de la Tabla Periódica. Por eso, resulta tan "fácil" atravesar el espacio a estos rayos cósmicos energéticos, porque no se encuentran muchos obstáculos que digamos (además, van chocando con estos átomos de hidrógeno y generan más partículas energéticas... ¡qué juego de billar!).
Volvamos al descubrimiento de que provienen más allá de nuestra propia galaxia. ¿Y cómo se ha podido llegar a esta conclusión? Después de estar doce años recopilando datos y datos, se ha podido observar que hay un porcentaje mayor de rayos cósmicos que proceden de lugares situados a 120 º del centro de la Vía Láctea. Algo importantísimo puesto que se demuestra que hay sitios en el Universo donde estas partículas se aceleran y toman esta enorme energía.
Esto no quiere decir que se sepa exactamente de dónde pueden proceder, pero está claro que más allá de nuestra galaxia hay zonas que son capaces de darles más energía de la que ya traían: por ejemplo, ¡un agujero negro!
Todo un gran hallazgo que queríamos compartir con todos vosotros, cuando estamos a punto de llegar a la Semana Mundial del Espacio y lo celebramos a nuestra manera presentando nuestras actividades, a las que os animamos a asistir.
Hagamos un pequeño paréntesis. Como sabemos, Pequeños Alquimistas, el Universo está más hueco de lo que creemos. A pesar de que hay materia en él, la que vemos está concentrada en puntos determinados, como los planetas, estrellas, asteroides... cuerpos celestes en general. ¿Y el resto del espacio que hay entre ellos? Está más vacío de lo que pensamos: mayoritariamente, átomos de hidrógeno, los más ligeros de la Tabla Periódica. Por eso, resulta tan "fácil" atravesar el espacio a estos rayos cósmicos energéticos, porque no se encuentran muchos obstáculos que digamos (además, van chocando con estos átomos de hidrógeno y generan más partículas energéticas... ¡qué juego de billar!).
Volvamos al descubrimiento de que provienen más allá de nuestra propia galaxia. ¿Y cómo se ha podido llegar a esta conclusión? Después de estar doce años recopilando datos y datos, se ha podido observar que hay un porcentaje mayor de rayos cósmicos que proceden de lugares situados a 120 º del centro de la Vía Láctea. Algo importantísimo puesto que se demuestra que hay sitios en el Universo donde estas partículas se aceleran y toman esta enorme energía.
Esto no quiere decir que se sepa exactamente de dónde pueden proceder, pero está claro que más allá de nuestra galaxia hay zonas que son capaces de darles más energía de la que ya traían: por ejemplo, ¡un agujero negro!
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