jueves, 1 de octubre de 2015

¿Por qué aparecen las sombras?

Seguro que, desde que erais bien pequeños, os ha llamado la atención vuestra propia sombra. ¿Cómo es posible que me persiga una "mancha" en el suelo o por la pared y que, aunque corra mucho, no se despegue de mi?


Es una compañera de viaje que viene con nosotros a todos lados y que ya nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que no nos preocupa. Pero hay algunos momentos en los que desaparece, no está. ¿Sabéis cuándo no tenemos sombra?

Echad un vistazo a vuestro alrededor cuando os vais a la cama por la noche y apagáis la luz. ¿A que está todo oscuro? ¿A que no veis vuestra sombra? Ese es el quid de la cuestión.

Para que las sombras existan deben de pasar dos cosas imprescindibles:

La primera es que haya luz que sea emitida por un foco. La "lámpara" más grande que tenemos por aquí es la del Sol y es quién, además de darnos calorcito, nos enfoca con su luz.

Y la segunda, no menos importante, es que haya un objeto que se ponga delante de la luz. Así de sencillo.

Vamos a intentar explicar por qué ocurre.

La luz, ya sea del Sol o de cualquier bombilla encendida, se transmite en forma de ondas. ¿Y qué son las ondas? Para que lo entendamos rápidamente, pensad qué sucede si tiráis una piedra en un estanque con agua. Veréis que, desde el sitio en el que ha caído vuestra piedra, aparecen círculos de agua que se van moviendo alejándose de ese punto y se van haciendo más grandes. Eso es una onda, en este caso en el agua. ¿Qué pasa si una onda tropieza con un objeto? Cambia de dirección y genera ondas nuevas.


Algo parecido ocurre con la luz. Cuando las ondas de luz chocan con nuestro cuerpo, algunas salen rebotadas (y por eso nos pueden ver y saber de qué color es nuestra ropa, nuestra piel, etc) y por eso no pueden llegar al suelo o a la pared que tenemos al lado. Esa "falta de luz" es la sombra.

Por eso, de una manera bastante divertida, podemos fabricar nosotros mismos nuestras sombras. Sólo hace falta una linterna y un fondo blanco o de color claro en el que enfoque. En medio ponemos nuestras manos listas para hacer las figuritas que se nos ocurran. Eso si... Para que todo salga bien, hay que dejar la habitación lo más oscura posible.

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