miércoles, 13 de enero de 2016

Mujeres de ciencia: Maria Winkelmann

Nuestro viaje de esta ocasión va a ser por el Universo. La ciencia que lo estudia, la astronomía, ha tenido a grandes nombres entre sus descubrimientos y uno de ellos fue Maria Winkelmann, nacida en Leipzig (Alemania) en 1670.


Su historia es la de una mujer que estaba fascinada por la astronomía desde bien joven, pero en aquellos tiempos las universidades no impartían aún clases sobre ello. Desde los tiempos prehistóricos, el ser humano siempre ha estado mirando hacia el cielo y estudiando el firmamento, sus secretos, misterios y miedos. De hecho, los conocimientos que se acumulaban sobre astronomía procedían en gran medida de la cultura popular y de artesanos preocupados por lo que las estrellas designaban. En este contexto, Maria Winkelmann adquirió la base que, posteriormente, le hizo llegar más lejos.

A los veintidós años, se casó con uno de los astrónomos más famosos del país, Gottfried Kirch, continuando así su formación y posibilitándole trabajar con él posteriormente, ya que se trasladan a Berlin donde Kirch trabajó como astrónomo oficial de la Academia de las Ciencias. Era la primera vez que Maria tomaba contacto con una institución científica de esa importancia y eso era maravilloso, porque podría seguir trabajando en lo que más le gustaba y al lado de su marido.

Pero su colaboración no fue inicialmente reconocida, teniendo que trabajar en la sombra, aunque con el tiempo fueron bien recibidos sus trabajos y, por tanto, llegó a convertirse en una de las más importantes astrónomas de su época. Fueron muchas las largas sesiones de observación al firmamento junto con su marido, llenas de cálculos astronómicos para la creación de calendarios con información sobre eclipses, fases lunares y posiciones del Sol y otros planetas, pero un hecho importante es que a Maria Winkelmann se le reconoce como la primera mujer que descubre un cometa (C/1702 H1, también llamado "Cometa de 1702", año en que lo descubrió). Y esto es sólo el principio, porque además hay que añadir los estudios realizados sobre la aurora boreal, conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno con el Sol y la predicción de un nuevo cometa.

Con estos méritos, podría ser más que merecido su ingreso en la Academia de Berlín como astrónomo asistente tal y como ella misma solicitó... Pero, por ser mujer y no tener estudios universitarios (cosa imposible para las mujeres durante mucho tiempo), la institución rechazó la propuesta.

Una vez más, la inquietud, las ganas de conocer y el espíritu científico hizo que una mujer como Maria Winkelmann se dedicase en cuerpo y alma a lo que más amaba, sin pensar en que su esfuerzo no sería reconocido suficientemente y en su momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario