jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Cómo somos capaces de montar en bicicleta?

Al igual que aprendemos a caminar manteniéndonos derechos, sin caernos, a pesar de estar apoyados sólo con dos piernas y soportando todo el peso de nuestro cuerpo, ¿sabes que los mismos principios físicos se pueden aplicar a montar en bicicleta?


Todo se trata de equilibrio. Nuestro cuerpo, que es una auténtica máquina perfecta, va a intentar siempre llegar a las condiciones en las que podamos estar protegidos de caernos. Cuando echamos a andar, nuestras dos piernecillas con sus piececitos, se disponen apoyados sobre el suelo de tal forma que, más o menos torpes, conseguimos estar derechos. Cuando nos montamos en bici, nuestro apoyo se convierten en dos ruedas muy finas que tienen que soportar todo nuestro cuerpo (piernas incluidas).

¿Cómo lo consigo? Las primeras pruebas son siempre un desastre, con caídas, pérdidas de equilibrio, miedo... Pero, el secreto lo tiene nuestro propio cuerpo, porque él mismo es el que va adoptando las posturas necesarias para que cuerpo y bici sean un sólo objeto y, de esa manera, mantengamos el equilibrio sobre ella.

Es como si nosotros mismos hiciésemos que el cuerpo se convirtiera en un objeto pequeño, del mismo peso, pero con un tamaño mucho menor. Como si todo nuestro peso estuviera concentrado en un punto. A eso le llamamos centro de gravedad y es el que vamos situando encima de la bicicleta para que no nos caigamos. Así nos mantendremos verticales sin que el vehículo se tuerza con nosotros encima. Por eso, nunca es tarde para aprender a montar en bici, ¿verdad, Pequeños Alquimistas?


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