¿Alguna vez os habéis preguntado por qué bostezamos? De repente, la boca empieza a estirarse y abrirse de tal modo que parece que nos vamos a comer de un bocado todo lo que tenemos delante. El aire entra dentro y después sale expulsado con una fuerza increíble. ¡Y hasta se nos saltan las lágrimas una vez terminado!
Normalmente, bostezamos cuando nuestro cuerpo está muy cansado y tenemos sueño, o bien cuando nos acabamos de despertar y, en algunas ocasiones más escandalosas, ¡cuando nos aburrimos mucho! Pero, ¿por qué razón sucede el bostezo? ¿Cuál es el motivo?
Hay varias teorías sobre el motivo por el que aparece ese placentero acto muscular del bostezo, pero os voy a comentar la que más ampliamente está reconocida. Parece ser que cuando el cuerpo, y sobre todo nuestro cerebro, está a mayor temperatura que el exterior hay más probabilidades de que ocurra el bostezo, y es que este mecanismo reflejo es el que utilizamos para refrigerarlo. De esta manera, mantenemos nuestra cabeza ventilada y más fresca por lo que aceleramos nuestra actividad mental. ¿A que os parece una maravilla?
Es decir, bostezar puede que no sea tan malo como las normas de educación nos enseñan (aunque eso no quiere decir que no tengamos que tener algo de cuidado y disimulo al hacerlo). De hecho, en algunos círculos hasta lo indican como recomendable.
Y antes he mencionado que era un acto reflejo. ¿A que cuando veis a alguien bostezar, os entran ganas de hacerlo a vosotros? Eso se llama empatía, es como cuando se nos pegan los tics de algún amigo. Por cierto, Pequeños Alquimistas, no os digo la cantidad de veces que he bostezado mientras escribía este artículo...
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