¿Os imagináis poder obtener energía de algo tan sencillo y cotidiano como es la respiración? Al fin y al cabo, es un proceso energético en el que, por reacciones bioquímicas, utilizamos entre otros el oxígeno del aire para nuestro beneficio y expulsamos lo que no nos sirve.
Todos los seres vivos respiramos. Sabemos que sucede en nosotros mismos y también en los animales (algo evidente), pero las plantas también realizan este mágico proceso... si no, no crecerían y no tendríamos el oxígeno, nuestra principal fuente de vida, entre otras cosas. Pero no nos olvidemos de las bacterias, microorganismos presentes por todos lados y que también respiran.
Pues, bien. En la web de Noticias de la Ciencia y la Tecnología hemos podido leer algo interesantísimo. En Estados Unidos han conseguido crear un sistema para captar la energía que la respiración de las bacterias contenidas en una sola gota de agua pueden generar a través de una pila hecha con papel. Genial, ¿no?
Y, ¿cómo lo consiguen? preguntaréis. La respuesta es bastante ingeniosa, ya que como sabéis el papel absorbe muy bien el agua (proceso que se llama capilaridad) y, por tanto, las bacterias que están "nadando" en ella van desplazándose por el papel, convirtiéndose en un acumulador pequeño de energía suficiente como para alimentar un biosensor. Hay que tener en cuenta dos cosas: la primera es que la energía acumulada es mínima, ya que hablamos de microvatios (es decir, ¡no podemos encender un transistor ni una bombilla!) y sería suficiente como para alimentar de corriente a pequeños elementos que podrían servirnos para diagnosticar y hacer mediciones en lugares donde la escasez de recursos es habitual. Y la segunda es que el artilugio de papel que emplearon fue utilizando la técnica de papiroflexia.
Es decir, se ha utilizado una técnica decorativa para crear un elemento que puede almacenar energía. ¿No os parece alucinante?
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